La idea surgió por casualidad, y en modo alguno tuve la intención de pintar la fortaleza Cuernavilla en el Abismo de Helm, que es uno de los  escenarios en la novela El Señor de los Anillos (The Lord of the Rings) de J.R.R. Tolkien. Tan sólo deseaba plasmar sobre el lienzo una  evocadora atmósfera , con un castillo/fortaleza de fondo; lo mismo me daba encuadrarlo (temáticamente) en la tetralogía wagneriana de El anillo del Nibelungo, como en El cantar de los Nibelungos medieval, el Völsunga Saga  islandés, en cualquiera de las leyendas artúricas, o cualquier otro cantar de gesta medieval. Pero en mi caso fue inevitable la asociación con la novela de Tolkien, dada la devoción que le tengo al libro, fuente inagotable a la hora de plasmar algo que surja de la imaginación. Cuando pinté la primera versión en acrílico de Fortaleza en llamas, tomé la idea del “Muro del Bajo” o “Muro del Abismo” en el relato de Tolkien, pero el castillo en sí no concuerda con lo imaginado y dibujado por Tolkien mismo. De todos modos me gusta pensar que de algún modo sí captura algo del vigor con que Tolkien  envuelve al relato, al menos  tal y como lo imagino yo, y no lo modifiqué; porque para mí es mucho más importante el tono general que la fidelidad calcada.